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LA SENSACIÓN DE IMPUNIDAD QUE LLEVA AL INCUMPLIMIENTO Y TERMINA MONTANDO UN BURDO «TEATRILLO» ANTE EL JUEZ

 

Antonio Velarde y su letrado entrando al Juzgado

 

 

SEVILLA. 3 Dic. (Noticias del taxi)
Como ya recogían varios medios de comunicación en sus portadas hace unos días, Antonio Velarde, presidente de la Asociación Solidaridad del Taxi, se saltó el 27 de octubre la orden de alejamiento que le impedía acercarse al aeropuerto de Sevilla. Esta medida cautelar estaba vigente desde su detención a primeros de año en la operación AERTASE, dirigida por la policía nacional contra el monopolio que un grupo de taxistas había impuesto durante décadas en la terminal mediante amenazas, sabotajes y coacciones.

La orden judicial y su relajación temporal. El juez de instrucción 4 de Sevilla había impuesto a Velarde junto a otros taxistas más de Solidaridad del Taxi una orden de alejamiento de 500 metros al aeropuerto de Sevilla. Meses después, a petición de los implicados, la medida se relajó parcialmente, «los conductores podían llevar clientes hasta la terminal, pero no recogerlos desde ella».

El incumplimiento. La mañana del 27 de octubre, Velarde trasladó a unos clientes hasta la zona de salidas del aeropuerto sevillano. Una vez que finalizó el servicio y se bajaron  los clientes que llevaba, en lugar de regresar vacío, recogió a otra clienta que esperaba en el túnel de salidas. El hecho ocurrió a las 8:30 de la mañana según recogieron las cámaras de seguridad del aeropuerto. Como consecuencia de ello, el juez lo citó como investigado por quebrantamiento de medida cautelar.

Además hay que señalar el detalle de los incumplimientos sobre la Ordenanza Municipal del Taxi que habría cometido también, como puedan ser: «recoger clientes donde no existe parada oficial de taxis», que curiosamente la asociación que el preside, fue la precursora de eliminar la parada que antiguamente existía en ese túnel de salidas, además de «incumplir el turno rotatorio» que regula y establece el reparto de los taxis que pueden recoger clientes en el aeropuerto cada día, puesto que tampoco tenía la letra de descanso que le tocaba poder recoger clientes allí. Como coloquialmente se suele decir…reunió todas las papeletas del sorteo.

Las declaraciones y «burdo teatrillo» ante el juez. En sus declaraciones y según así se hace eco algún medio y hasta un directivo de Solidaridad en un audio dirigido a sus socios, relatan que Velarde reconoció ante el juez, que la mañana del lunes 27 recogió a una clienta en el túnel de salidas del aeropuerto, excusándose con que no era consciente de estar incumpliendo la orden cautelar, puesto que no estaba en el túnel de llegadas y que además pensaba que estaba haciendo un favor a la clienta porque la vio desesperada y aquella mañana Sevilla estaba sumida en un caos con la lluvia torrencial. Aquí habría que aclarar que la tormenta y lluvias que inundaron partes de Sevilla provocando un caos durante casi todo el día, no fue el lunes 27, (ese día hizo en Sevilla una temperatura máxima de 24º y cielos aunque nubosos no hubo ninguna precipitación), sino que fue el miércoles 29 (dos días después) el día tormentoso. Declaraciones, que mas allá de conseguir una exculpación, estaban abocadas a su propio descrédito.

Aún así, después de lo burda, inverosímil y dudosa de la justificación, el juez tras escucharlo, fue benévolo y le impuso nuevamente una medida cautelar, la «prohibición» total de acudir al aeropuerto, incluso para descargar pasajeros. Medida que solo le afecta a Antonio Velarde.  Quedando el caso visto para sentencia y que podría conllevar una condena de entre diez meses a dos años.

La presunta sensación de impunidad durante décadas hace en ocasiones que la realidad supere a la ficción.