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Sin  duda, la seguridad del conductor/a y de los viajeros/as es uno de los pilares sobre los que debe sustentarse el sector del Taxi. Se trata de un baremo con el que hay que tener la máxima exigencia por el bien propio y el del sector.

La tasa de siniestralidad en vehículos taxi es muy reducida y, si bien todo se puede mejorar, somos conscientes del esfuerzo que los compañer@s ponen en respetar las normas de seguridad, mantener el buen estado de los coches y ofrecer una experiencia de servicio impecable al usuario.

Sin embargo, este panorama cambia mucho cuando hablamos de las VTCs.  La seguridad de sus conductores es algo que parece preocupar bien poco a empresas como Uber, Cabify o Bolt. La precariedad laboral y la elevada siniestralidad es algo que queda patente simplemente echando un vistazo a las noticias y deteniéndose a observar los diferentes accidentes de tráfico en los que se ven envueltos estos trabajadores.

Resulta sumamente difícil (si es que existen) acceder a cualquier tipo de datos que ponga negro sobre blanco en esta materia, otro ejemplo de la absoluta falta de regulación y control que las Administraciones tienen de este tipo de negocio.

Sueño, falta de descanso y exceso de horas

Así no queda otra que bajar al terreno y ver in situ lo que ocurre día a día.  Esta misma semana hemos conocido otros dos accidentes en los que se han visto implicados empleados de estas empresas y que se han saldado con el fallecimiento de un conductor de 33 años en la autopista R-3 en el distrito de Vilcálvaro (Madrid) y con un motorista herido al ser golpeado por un VTC que se saltó el semáforo en la calle Torneo, en Sevilla.

En ambos incidentes parecen estar implicados factores de cansancio y sueño, una situación que ya ha sido denunciada en más de una ocasión por Élite Taxi.

Ya en enero 2020 alertamos junto con el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) de una presunta explotación laboral de sus empleados. Así se presentó una denuncia en las que se recogían jornadas de entre 12 y 14 horas, falta de zonas de descanso o la eliminación de estos en los periodos de mayor afluencia de viajeros.

El impago de las horas extras devengadas o los pluses de nocturnidad fueron otros de los puntos denunciados además de la realización de despidos que legalmente serían improcedentes o nulos.

Ese mismo mes fallecía en Sevilla un anciano tras ser arrollado por un conductor de VTCs que -según el mismo manifestó-  se durmió tras llevar seis horas al volante sin descanso.

Los diferentes raseros

El escenario dibujado anteriormente no es casualidad. Si bien los taxistas han de someterse a una estricta legislación y someterse a diferentes pruebas además de ser visados por el Ayuntamiento, esto no ocurre con los conductores de VTCs. Los empleados de estas multinacionales no están sujetos a los mismos controles, llamando especialmente la atención el hecho de que ningún organismo revise si cuentan con antecedentes penales.

Así las cosas y si las administraciones no reaccionan seguiremos asistiendo a accidentes causados por la falta de reflejos que genera el cansancio o por el estrés y la presión a la que se ven sometidos estos conductores, que no son más que números para las empresas.

Desde Elite Taxi seguiremos luchando para que los VTCs sean sometidos a los mismos controles que el Taxi y obtener un panorama en el que todos juguemos con las mismas condiciones.