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Uno de los mensajes que, intencionadamente, más han calado en la sociedad es aquel que refleja la situación entre el sector del Taxi y las VTCs como una guerra entre conductores. Una imagen tergiversada y que aleja el foco del problema real: el desembarco de transnacionales que, amparadas en el mercado libre y el capitalismo feroz, no quieren rendir cuentas a nadie.

Estas empresas captan a sus asalariados prometiéndoles beneficios enormes y bonos por traer a compañeros entre otros caramelos. No obstante la realidad es bien distinta y prueba de ello es que en la actualidad estas empresas tienen grandes dificultades para encontrar conductores y se ven obligadas a aceptar a casi cualquiera. Si dispone de 6 puntos en el carné de conducir ya puede acceder a un puesto de trabajo en una de ellas.

En España se está sufriendo lo que ya conocen bien nuestros compañeros estadounidenses, un empeoramiento de las condiciones. De entrada estos empleados suelen trabajar para una empresa que a su vez trabaja para por ejemplo, Uber o Cabify, por tanto los ingresos deben repartirse entre tres partes.

Por otra el número de horas que suelen pasar en el vehículo es mucho más elevado de las 8 horas permitidas por ley. La empresa no les obliga a ello si bien es cierto que si quieres llegar a los objetivos no vas a conseguirlo sin incrementar tu jornada hasta las 14 o 16 horas.

Si los trabajadores no llegan a objetivos son despedidos por tanto, indirectamente, se ven obligados a realizar horas de más.

La seguridad es otra de las claves en seguridad laboral. Obviamente el exceso de horas va en detrimento de un servicio seguro para conductor y cliente igual que el hecho de que estos vehículos no se vean obligados a llevar más seguro que del que dispondría un usuario normal . 

Lo mismo aplica para revisiones de ITV ya que, de nuevo, se someten al régimen habitual con el correspondiente perjuicio en caso de accidentes.

La tasa de siniestralidad de este tipo de conductores es muy elevada y no es difícil entender por qué. Al cansancio se le une una habitual falta de profesionalidad debido a que, como ya se ha mencionado, el único requisito es poseer 6 puntos del carné de conducir. El desconocimiento del terreno les lleva a guiarse con fe ciega de aplicaciones que no siempre llevan la razón y que les provocan accidentes.